needles
Heliolatría
El hombre de las agujas me mira con unos ojos desconocidos,
aunque en su profunda pupila nada el eco de un fantasma.
Desde el mar de finos zargazos
me mira un dios dorado
sonríe
mientras desnudo descansa
con la quietud de un gato.
La melancolía sin descanso
nubla mi vista.
Querido mío
¿cuántas veces te he llamado en la vigilia?
en el sueño te ausentas
te escondes en los más profundos complejos
donde mi voluntad esta impedida.
Terrible amor,
te aprisiono en mis fantasías
de solitaria amante diurna,
te llevo
en la más oscura de las cavernas
que forma mi deseo.
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